Desde el 13 de febrero de 2023, se reportó en todos los medios de comunicación del país un incendio en el mayor relleno sanitario del país, Cerro Patacón. Las imágenes resultan ser impactantes y los esfuerzos del Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá parecen quedarse cortos.

El miércoles de la semana pasada, otro abrumador incendio se reportó cerca del mismo relleno sanitario, esta vez en la zona donde se desechan los neumáticos usados.

Cerro Patacón es el sitio donde se deposita más del 40% de toda la basura generada en el país. Es de conocimiento público que representa una amenaza a la salud de la población, que ha rebasado su capacidad, y que sus lixiviados han alcanzado a las riberas del Canal de Panamá.

Sin embargo, un peligro que ha pasado desapercibido por muchos años es su influencia en la calidad del aire que respiran los residentes de la ciudad de Panamá, especialmente aquellos viviendo a un radio de 5 kilómetros al este.

Los recientes incendios liberan a la atmósfera todo tipo de gases peligrosos que van desde dióxidos de nitrógeno, dióxidos de azufre, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles, todos -según reportes en otros países- de carácter cancerígeno y vinculados a dificultades de desarrollo en fetos, y molestias respiratorias en infantes y adultos.

En el caso de las llantas de automóviles, los neumáticos provocan un humo espeso en toda el área circundante que puede contener contaminantes nocivos para la salud humana, incluidos hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), benceno, y metales.

Son varias los razones para alarmarse ante estos eventos en Cerro Patacón y otros incendios que han ocurrido en el país en los últimos días.

Actualmente, en la República de Panamá no contamos con una normativa nacional que establezca los límites máximos permisibles de exposición de contaminantes; no existen estaciones de monitoreo continuas y no tenemos una campaña de educación nacional integrada por la academia, las autoridades, la empresa privada y la ciudadanía, para concientizar sobre los efectos de la contaminación del aire exterior.

Al momento, es difícil cuantificar el nivel de concentración de contaminantes, ni cómo afectará a la salud de las personas y las pérdidas económicas a largo plazo, pero podemos insistir en la importancia de la implementación de un sistema coordinado de alerta ante sucesos que atenten contra la calidad del aire.

Por el momento, nos queda difundir algunas recomendaciones a la población para cuando estén próximos a incendios: evite estar ubicado en dirección donde se está emitiendo el humo, use mascarillas respiratorias que cubran su boca y nariz, use algún tipo de protección para los ojos, intente ventilar periódicamente los espacios cerrados con aire limpio y, si siente malestar debido al humo, acercarse a alguna institución de salud.

La autora es investigadora asociada del Centro de Estudios Multidisciplinarios en Ciencias, Ingeniería y Tecnología AIP (CEMCIT AIP) y del CINEMI de la Universidad Tecnológica de Panamá.